Locura
Qué gozo sentí cuando te tuve de frente y la daga atravesó tu cuello, el dulce calor de tu sangre se podia sentir en mis manos y tu gesto de sorpresa me daba paz. En tus ojos vi como tú alma abandonaba tu cuerpo y yo solo sonreía, no dije nada, solo me puse a reír. Y aún asi seguiste con vida - Tienes razón - agache la cabeza mirando el pequeño cuarto blanco acolchado - vivimos de recuerdos - . Levante la cabeza -No soy un asesino a sangre fria, ni un psicópata, ni siquiera un criminal - tomé lápiz y papel - sólo soy un escritor - y seguí escribiendo, a solas, en mi pequeño lugar oscuro.